quinta-feira, 7 de agosto de 2014 | |

"Para la memoria"

Con la carroña apiñada, los nudos de otra madera 
Apuran chispas hirientes y encienden lumbres de ojeras 
Cargando en ancas los hombros van se quedando los años 
no se han cerrado las puertas ni las heridas de antaño. 

Fantasma viejo y roído, capullo de los rosarios 
cuando se postran las sombras detrás del abecedario 
si lapidando al poeta se cree matar la memoria 
que más le queda a esta tierra que va perdiendo su historia 

Es la sutil diferencia de un cromatismo de negros 
lo que separa el anverso en la palma del mismo dueño 
cual si eso fuera importante en una caligrafía 
dejando sentado en blanco cosas que el negro diría... 

Surten menguar las ideas pues que se frena la clara 
con dos monedas de cobre cubriéndome la mirada, 
Cargando en ancas los hombros se van quedando los años 
no se han cerrado las puertas ni las heridas de antaño. 

Camino al sol, que hace la sombra de todo igual 
si al estrujar el viento contra un pecho labriego 
ya no hay heridas que marquen los brazos de un hombre entero 
ni hay canciones que apañen lo que no guarda en el pecho. 


(De Ignacio Hurban)

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